¿Alguna vez has tenido un día en el que parece qué todo empeora a cada segundo que pasa?…
Todos hemos tenido esa sensación de estar al límite del estrés. Los problemas aparecen de repente y continúan surgiendo sin parar, como una tubería averiada.
Muchas veces conocemos la fuente de ese espiral de estrés, mientras que en otras ocasiones estamos manteniendo algunos hábitos que solo acumulan más y más estrés (sin darnos cuenta)
En cualquier caso, tengo una rápida y fácil estrategia para combatir el estrés, descubre de que se trata aquí.
Es probable que te parezca extraño, porque comúnmente la frase se conoce así: “La curiosidad mató al gato”.
Pero, ¿en serio fue la curiosidad la que mató al gato?…
Según Wikipedia, la frase proviene de Inglaterra, alrededor del sigo XVI. “Curiosamente” en la frase original, el gato muere de preocupación y no de curiosidad
A medida que transcurrió el tiempo, la gente y las traducciones fueron re-diseñando el concepto y al final nadie sabe bien de que murió el pobre gato.
Lo interesante es que la expresión en sí, estaba relacionada con los problemas que la preocupación (o el estrés en su forma más moderna) ocasiona para la salud. Sí, incluso si tienes 7 vidas.
El estrés se convierte en el punto de partida para la aparición de muchas enfermedades.
Imagina por un segundo el peor día que hayas tenido. De esas veces en las que todo se retrasa, surgen problemas por todos lados, nada sale como esperas y estás a punto del colapso nervioso (incluso sientes estrés de saber que tienes estrés).
Seguramente al imaginar este día del terror, recuerdas haber transpirado más del lo normal, recuerdas una sensación de malestar en el estómago, un dolor de cabeza intenso, y tu respiración acelerada.
Todas las reacciones anteriores son producto del estrés. Y cuando se mantienen sobre periodos de tiempo prolongados pueden afectar tu bienestar y no solo eso, sino además pueden desencadenar enfermedades graves (así como le paso al gato).
Sabías que la curiosidad no mato al gato, en realidad, fue el estrés…
El problema no es sentir estrés, el verdadero problema es que no sabemos cómo convertir toda esa energía en algo útil.
Lo importante es usar el estrés para tomar acción y no tratar de eliminarlo por completo.
La mejor solución sería eliminar el estrés antes de que aparezca, pero, como esto no siempre es posible, la estrategia que te cuento más adelante, funciona efectivamente.
No importa que tan mal te encuentres, no importa como es tu día, esta estrategia seguro será un alivio. Como una bocanada de aire fresco bajo el sol de verano.
Pero, antes de saber de qué se trata, piensa en esto:
La mayor parte del tiempo, el estrés aparece cuando dejamos de vivir en el momento. Cuando nos transportamos a un futuro (aún desconocido) y comenzamos con ciertas suposiciones de lo que podría pasar.
Nos preocupamos de “posibles futuros problemas” que aún no existen en el presente.
Hay una frase que me relaja cada vez que la leo, y que explica bien este punto:
“Ya estoy viejo y conozco muchos problemas, pero la mayoría de ellos nunca han sucedido”- Mark Twain
Sin embargo, es cierto que otras veces sentimos estrés, sin saber muy bien por qué; como si de repente, se acumulará con el tiempo y lleváramos una carga vieja de estrés en nuestra espalda.
Por eso, antes de saber cómo lograr combatir el estrés (y sacarle provecho), es importante conocer algunos hábitos que te están generando estrés ¡sin darte cuenta!
Estos 4 hábitos probablemente están acumulando estrés en tu vida sin que lo notes
Las grandes causas de estrés en la vida son fáciles de identificar, por ejemplo: cambios inesperados o incómodos, enfermedades, problemas de dinero, un horario demasiado ocupado, y la lista puede seguir y seguir….
El problema es que también existen ciertos hábitos diarios que pueden estar provocando estrés en tu vida, y ponen en la cuerda floja tu bienestar.
De hecho, un estudio mostró que estos factores ocultos en conjunto con las grandes causas de estrés, pueden generar a largo plazo problemas en tu salud, y además disminuir tu tolerancia a factores de estrés más severos como el dolor.
Esto quiere decir que, mientras más estrés experimentas, menos capacidad de combatirlo y solucionarlo. Cómo si intentaras escapar de un pantano y en cada intento te hundiera más y más…
La buena noticia es que al identificar estos hábitos que generan estrés, puedes tomar acción para reemplazarlos por mejores hábitos.
Dormir muy tarde:
No tener un adecuado descanso en la noche, repercute durante todo tu día. Según algunos estudios, las personas que duermen muy tarde, presentan más pensamiento negativos, ansiedad y altos niveles de estrés.
Peor aún, si vas a dormir tarde, estos efectos negativos aparecen, independientemente del número de horas que duermas.
Tomar mucho café
La cafeína aumente los niveles de ciertas sustancias en tu cuerpo como: la adrenalina, el cortisol (hormona relacionada con el estrés), y la presión arterial. Lo anterior te hace más sensible a los factores de estrés de todos los días y en última instancia a interferir con el sueño (lo que empeora la situación).
Y aunque lo mejor es que el cuerpo logre estimularse sin necesidad de ninguna sustancia externa, a veces necesitamos un pequeño empujoncito que nos motive a terminar las múltiples tareas del día.
Por eso, te recomiendo que controles el número de tazas de café (máximo 3 tazas tamaño promedio y no muy cargadas) o qué te animes a probar otras opciones, como el té verde.
En lo personal el té verde sin azúcar (matcha) se ha vuelto parte de mi rutina laboral, es suave, relajante y fácil de preparar.
Además, en comparación con el café, una taza de té verde contiene 25mg de cafeína (teína), mientras que el café contiene 95mg. Otra ventaja es que el efecto se mantiene constante por más tiempo. De forma que no tienes un pico de energía y después un bajón.
Comer alimentos procesados y poco sanos
Los niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés) aumenta de forma natural cada vez que comemos, principalmente para ayudar en la digestión de las proteínas, carbohidratos y grasas, para que nuestro cuerpo pueda utilizar estos nutrientes.
Sin embargo esta hormona de estrés, aumenta a niveles anormales debido al consumo de alimentos procesados, ya que estos contienen altos niveles de grasas saturadas, grasas trans, azucares o aditivos químicos.
Con el tiempo las consecuencias negativas aparecen, causando desequilibrios de azúcar en la sangre, aumento de peso, problemas digestivos, debilidad del sistema inmunológico, e incluso enfermedades del corazón.
Hacer dietas restrictivas
Tal vez pienses que contar tus calorías y recortar los grupos de alimentos en tu alimentación es una buena idea, pero te equivocas.
Seguir una dieta restrictiva y obsesionarte por la selección de alimentos “bajos en grasa”o “bajos en calorías”, sólo ocasiona que aumenten tus niveles de cortisol (hormona del estrés) de forma anormal.
Tal vez en este momento te estés preguntando: ¿qué pasa con las causas conocidas que me generan estrés?…
Bien, a continuación encuentras una solución efectiva para combatir el estrés por cualquier causa y además obtener grandes ventajas a tu favor.
¿Cómo combatir el estrés de forma efectiva?
Según algunos terapeutas, la mejor forma de disminuir el estrés producido, es simplemente sacar estas emociones del sistema. Por ejemplo: golpear una almohada, gritar a los 4 vientos, tocar la bocina del auto como loco, lanzar objetos, etc.
Este tipo de estrategia se ha vuelto muy popular, pero ¿en verdad funciona para reducir el estrés?
Un estudio intento comprobar esto: se le pidió a 600 estudiantes que escribieran un ensayo sobre un tema en especial (el cual les tomó tiempo y esfuerzo).
Después ese ensayo fue “calificado”. Los investigadores se aseguraron que todos los alumnos recibieran un comentario sumamente negativo respecto a su trabajo. Evidentemente el comentario y la calificación, los hizo enojar mucho y les genero un pico de estrés.
Aquí viene la parte interesante, solo a un grupo de estudiantes se les dio la oportunidad de golpear un saco de box (para sacar este estrés de su sistema y “desahogarse”), mientras que a otro grupo se les pidió que se quedaran sentados y en silencio.
Curiosamente los que habían golpeado el saco de box y gritado, no habían reducido sus niveles de estrés, y los estudiantes que estuvieron sentados y callados, tampoco disminuyeron su estrés…
Entonces, si esta estrategia NO funciona para aliviar el estrés, el enojo o la frustración, ¿qué sí lo hace?…
Esta es la solución más fácil y eficaz para combatir el estrés.
La mejor forma de combatir el estrés y sacarle provecho es lograr salir de tu cabeza y regresar al momento presente. En ese momento, descubres todo el potencial que esa energía “negativa” puede generar a tu favor.
Para regresar al tiempo presente, tienes que poner en práctica esta estrategia:
Escribir, es la estrategia más efectiva para combatir el estrés y sacarle provecho
Ahuyenta el estrés de tu mente y de tu cuerpo
Un papel, se convierte en un lugar físico en el que puedes depositar ese problema, frustración, agobio o preocupación. De esta forma, el estrés no tiene que vivir en tu cabeza, en tu cuerpo o en alguna persona que no tiene nada que ver.
Te ayuda a encontrar la salida del laberinto
Cuando sentimos estrés, todo nuestro al rededor se convierte en un torbellino. Parece que nuestra visión se oscurece y empezamos a ver todo con una nube de negatividad. Lo que solo hace que sientas más y más estrés.
Al escribirlo puedes encontrar el ojo del huracán. Es decir, la verdadera causa que origina ese torbellino de estrés, y así solucionarlo de la mejor forma.
Cambia tu perspectiva
Esta analogía explica muy bien, el concepto:
Cuando estás en medio de un episodio de estrés, es algo parecido a estar en medio de una tormenta. Estás completamente mojado y sintiendo el frío viento en cada centímetro de tu piel.
En cambio, cuando lo escribes y logras sacarlo de tu mente, es como si de pronto estás contemplando esa tormenta cómodamente desde tu ventana (con una cobija y a un lado de la chimenea).
Logras tomar acción INMEDIATA
Esta es sin duda la mejor mejor parte de todas. Cuando simplemente esperamos a que el estrés siga su curso y desaparezca poco a poco, nada cambia en absoluto.
Es como si desaprovecháramos esa energía. Porque cuando vuelvas a sentir estrés, una vez más estarás atrapado en ese laberinto, afectando cada vez más tu bienestar y tu ¡salud!
Escribiendo cómo te sientes y tratar de encontrar el origen y la solución, también te ayuda a ver qué es lo que puedes mejorar sobre tu actitud frente a este tipo de situaciones. Esto a largo plazo hace una enrome diferencia, por que te ayuda a prevenir el estrés en el futuro.
Te hace sentir en control de tu vida y de tus emociones
Tener esta estrategia bajo la manga y ponerla en práctica, te hace sentir como si de pronto rompieras tu camisa para convertirte en tu propio superhéroe.
Tienes en tus manos el poder de encontrar una pronta solución, sin dejarte arrastrar por estar marea de emociones negativas.
Tienes en tu bolsillo la mejor estrategia para atrapar al villano de tu película de acción (que se llama vida diaria). Cómo si en cada ocasión lograras derrotar al estrés y rescatarte a ti mismo, con esta frase:
“¿Sabes qué estrés?…ya no puedes hacerme más daño, ¡te he vencido!”.
Si no sabes qué escribir, esta plantilla será tu salvación en cualquier momento de estrés.
¡Un último y rápido Tip!
Un excelente complemento de esa estrategia es escuchar música clásica mientras escribes (sí, música clásica).
Según los resultados de un estudio, los participantes que escucharon música clásica, después de sentir altos niveles de estrés, recuperaron mucho más rápido sus niveles normales de presión arterial y ritmo cardiaco, en comparación con los participantes que simplemente guardaron silencio o escucharon otro tipo de música como Jazz o Pop.
Esto quiere decir que el efecto des-estresante también se consigue con Vivaldi o Beethoven.
Marta Romo pedagoga, profesora, especializada en neurociencia, nos explica actividades simples que pueden convertirse en la mejor forma de cuidar a tu cerebro para mantenerlo fuerte y saludable y controlar el estrés.
¡Es momento de tomar acción!